Aceites macerados para el cuidado de la piel
Publicado en21/07/2014
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Los aceites macerados tienen las propiedades de los componentes con los que se elaboran. Es decir, por un lado, las propiedades de las plantas medicinales escogidas; y por otro, se aprovecha la acción suavizante del aceite utilizado como base, ya sea el de almendras dulces, el de oliva virgen o el de sésamo, por citar tres de los más utilizados.
Foto: Biovegetalis.blogspot.com.es
Cómo se preparan los aceites macerados
- Se utilizan 100 gramos de la planta seca elegida (por ejemplo, flores de caléndula, sumidades floridas de hipérico o de ruda). Se introducen en una botella de boca ancha y se vierte sobre ellas 1 litro del aceite básico elegido.
- Se tapa bien la botella. Se pone boca abajo para asegurarse de que queda herméticamente cerrada. Debe mantenerse en esa posición 40 días y 40 noches a la intemperie.
- Todos los días hay que agitar suavemente la botella.
- Pasados los 40 días, hay que filtrar el aceite y guardarlo en botellitas de cristal bien tapadas. Siempre es mejor que las botellas sean de color ámbar.
- Para una mejor conservación de aceites macerados, deben guardarse en un lugar fresco y oscuro.
Propiedades medicinales de aceites macerados para el cuidado de la piel
- Aceite macerado de caléndula (Calendula officinalis).Es excelente para pieles secas, delicadas y sensibles que se irritan con facilidad. Se emplea tanto para niños como para personas mayores. Tiene propiedades antiinflamatorias, antisépticas y fungicidas (contra virus, bacterias y hongos) y cicatrizantes. Acelera el proceso de curación de heridas, escoceduras, picaduras de insectos, dermatitis, eccemas y vulvovaginitis.
- Aceite macerado de gordolobo (Verbascum thapsus). Es un calmante útil en caso de quemaduras, sabañones y hemorroides. Aplicado sobre el cabello, mantiene el color rubio dorado de los cabellos teñidos, los hidrata y les da brillo.
- Aceite macerado de ruda (Ruta graveolens). Activa la circulación sanguínea y protege venas y arterias. También tiene la capacidad de enrojecer la piel y provocarle sensación de calor. Es muy indicado en dolores osteoarticulares, en contusiones sin heridas y en unturas externas sobre el oído cuando hay problemas de falta de riego sanguíneo que se manifiesta en forma de acúfenos (golpes o sonidos en el oído) o ligera sordera.
- Aceite macerado de hipérico (Hypericum perforatum). Es útil en tratamientos regeneradores: quemaduras, llagas, heridas, contusiones (en catalán se conoce popularmente como oli de cop), acné, eccemas y psoriasis. Calma el dolor y activa la circulación sanguínea, por eso también es empleado en caso de hemorroides. Tiene un efecto antiviral en uso tópico para el herpes labial. Es importante evitar la exposición solar después de su aplicación.
- Aceite macerado de árnica (Arnica montana). Tiene una acción cicatrizante, antiinflamatoria, antiséptica y antifúngica (contra virus, bacterias y hongos). Da muy buenos resultados en inflamaciones articulares, contusiones, torceduras, golpes, chichones e irritaciones cutáneas. No debe emplearse nunca en heridas abiertas.

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